Durante mucho tiempo, ofrecí mis servicios profesionales sin contar con un nombre comercial que los definiera de manera conjunta. Resultaba difícil encontrar un solo término que englobara toda su  variedad, incluyendo yoga, masaje y fisioterapia, entre otros.

La idea de “D’OMM SPACE” surgió durante el confinamiento, cuando nos vimos obligados a pasar mucho tiempo en nuestras casas de manera inesperada. “Dom” significa casa en polaco. En ese momento tan extraordinario, pero a la vez estimulante, se me ocurrió rendir homenaje a estos espacios especiales que son nuestros hogares, nuestros pequeños universos o refugios, sin importar cómo sean: compartidos, solitarios, acogedores, fríos, estables o temporales. Nos gusten o no, forman parte de nuestras vidas y la relación que tenemos con ellos puede decir mucho sobre nuestra relación con el mundo en general.

Siempre me ha gustado la idea de considerar el cuerpo como si fuera una casa. Si comparamos diferentes cuerpos y distintos espacios habitables, aunque compartan una estructura similar, son muchos los elementos que marcan la diferencia en términos de percepción sutil, armonía y vitalidad que emanan. En el yoga, esto se refleja en el concepto de “Prana”.

Además, me agrada que el “espíritu OMM” esté presente en todo lo que ofrezco. A pesar de haber profundizado mis estudios en técnicas más modernas y respaldadas por evidencia científica, mi punto de partida y la base de mi comprensión del ser humano se encuentran en el yoga y su contexto, el ayurveda: el arte de vivir.

Resumiendo, el nombre “D’OMM SPACE” surge como un tributo a nuestros hogares y como una metáfora que vincula la idea de la casa con el cuerpo humano. A través de mis servicios terapéuticos, busco promover la armonía, vitalidad y conexión entre cuerpo y mente, inspirándome en el yoga y el ayurveda como fundamentos para comprender al ser humano en su totalidad.